A medida que nos adentramos en el verano, es posible que estés pensando en aventurarte en la natación en aguas abiertas. Esta modalidad de natación te puede aportar muchos beneficios; puede ayudar a mejorar tu salud mental, regular el sueño y la circulación, así como aumentar tu metabolismo y estimular el sistema inmunológico. También te ofrece la oportunidad de disfrutar del aire libre y experimentar un lado de la naturaleza que igual desconoces.
Para aquellos que recién se embarcan en su aventura en las aguas abiertas, hemos compilado una guía para principiantes para iniciarse en el mundo de la natación al aire libre.
Las principales diferencias entre nadar en piscina y nadar en aguas abiertas son: la falta de paredes para empujarte, no tenemos carriles de natación que te guíen en la dirección correcta y la mayoría de las veces no puedes tocar el fondo. Todas estas son diferencias a las que, con el tiempo, uno puede aprender a adaptarse. También puedes adaptarse a estas diferencias practicando las siguientes técnicas:
Orientación
Como hemos dicho antes, en aguas abiertas no hay carriles para nadar ni líneas de carriles para guiarte en la dirección correcta. Para poder orientarte en aguas abiertas, deberás aprender a ver. Esto solo significa practicar la mirada hacia adelante durante la natación para encontrar una fita, o punto de referencia en la distancia que te sirva de guía. La mayoría de las personas escogen un árbol o un pequeño punto de referencia y lo usan como guía hacia dónde nadar. Puedes practicar esto en una piscina centrándose en un punto de la pared al final del carril en el que te encuentras. Otra forma de entrenar en una piscina para nadar en aguas abiertas es intentar nadar en línea recta tanto como sea posible . En los triatlones y travesías de natación, es probable que mires hacia la izquierda o hacia la derecha y encuentres una infinidad de nadadores a tu alrededor, por lo que es una buena idea entrenar la orientación para guiarte por ti mismo y no dejarte llevar por el “rebaño”. Cuando vayas a practicar la orientación por primera vez en aguas abiertas, nada cerca de la costa hasta que encuentres el truquillo y luego aventúrate en aguas más profundas.
Flotando en el agua
En muchas ocasiones te vas a encontrar que no tienes ni paredes ni fondo dónde apoyarte cómo pasa en la piscina y te vas a encontrar flotando verticalmente en el agua moviendo las piernas y los brazos hacia arriba y hacia abajo. Esto es algo que vale la pena practicar y mejorar en la parte más profunda de la piscina.
Girando en la boya
Muy a menudo, las travesías de aguas abiertas y triatlones requieren que los participantes giren en una boya en el agua, en ocasiones hasta varias veces en la misma carrera. Puedes entrenar para esto en el mar una vez que tengas confianza, pero también es una buena idea entrenarlo en la piscina, si tienes espacio para ello. Cuando practiques en la piscina, asegúrate de no tocar las paredes o el fondo de la piscina, en el mar o en los pantanos no van a estar. En aguas abiertas, puedes practicar esto nadando alrededor de boyas que delimitan la zona de baño, si es seguro hacerlo, o si estás nadando con amigos, utilizaos los unos a otros como si fueseis boyas para girar.
Respirando
En aguas abiertas, la respiración por ambos lados es la técnica de respiración más recomendada. Probablemente no te encontrarás cómodo al principio con esta técnica, así que nuevamente, practicar esto en una piscina es una buena idea. Se recomienda que aprendas a respirar protegiéndote de las olas para reducir la ingesta de agua.
Para respirar bilateralmente, gira la cabeza y la columna con los hombros, inhala y luego gira la cara junto con la siguiente rotación de hombro.
Esencialmente, la forma más fácil de respirar en aguas abiertas es inhalar por la boca y exhalar cuando la cabeza esté sumergida. Haz lo que te resulte más natural y en lo que te sientas más seguro (respirar cada dos, tres, cuatro brazadas). Es una buena idea probar muchas técnicas diferentes durante el entrenamiento y adaptar tu técnica de respiración a las diferentes velocidades e intensidades, adaptándote a las necesidades del momento.
Técnica de natación
En aguas abiertas, necesitarás tener una brazada con una frecuencia ligeramente más alta que en la piscina. Esto te ayuda a mantener el impulso si estás en aguas turbulentas.
La mayoría de los nadadores en aguas abiertas optan por el estilo crol, por lo que es una buena idea asegurarte de estar familiarizado con este estilo y poder mantenerlo durante períodos largos. Debes sentirte cómodo con cada una de tus brazadas.
Se recomienda que te acostumbres también a otras técnicas, como el estilo braza, ya que consume menos energía que el crol y así poder utilizarlas caso que te encuentres en una situación que desees conservar energía.
¡Y esto es todo! Con suerte, con estos consejillos en mente, te sentirás seguro de zambullirse en aguas abiertas y descubrir este maravilloso mundo. Asegúrate de compartir tus aventuras de natación al aire libre con nosotros en las redes sociales, mediante el Hashtag #Joinupzone3 ¡Nos vemos!